Cuando Jesús regresó al otro lado del lago, la gente lo recibió con alegría, porque todos lo estaban esperando.
Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.
Del otro lado del lago, las multitudes recibieron a Jesús porque lo estaban esperando.
Ya había gente para recibir a Jesús a su regreso, pues todos estaban esperándolo.
Al regresar Jesús, la multitud le dio la bienvenida, pues todos lo estaban esperando.
Al volver Jesús, fue bien acogido por la multitud; pues todos lo estaban esperando.