al ver que las riquezas de los malos acaban devoradas por el fuego.
Fueron destruidos nuestros adversarios, Y el fuego consumió lo que de ellos quedó.
Dirán: “Miren cómo han sido destruidos nuestros enemigos; los últimos fueron consumidos en el fuego”.
¡Cómo ha quedado en nada su riqueza! ¡El fuego devoró cuanto tenían!
¡En verdad nuestros adversarios fueron destruidos, Y lo que queda de ellos lo devora el fuego!
¡En verdad ha sido aniquilada su riqueza; el fuego ha devorado su fortuna!