Pero tú acabas con la reverencia a Dios: ¡destruyes la devoción sincera!
Tú también disipas el temor, Y menoscabas la oración delante de Dios.
¿No tienes temor de Dios ni reverencia a él?
¡Tú, incluso, destruyes la piedad, y no quieres pensar más a la manera de Dios!
Tú destruyes aun la reverencia,° Y estorbas la oración delante de Dios,
Tú llegas a destruir la piedad, suprimes la meditación de Dios.