Yo te purifiqué, pero no como se hace con la plata, sino que te probé en el horno del sufrimiento.
He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.
Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.
Esto sí, te he puesto en el fuego, igual que la plata, y te he probado en el horno de la desgracia.
Mira, te purifico no como a plata; Te probaré en el crisol de la aflicción.
Mira: te he refinado como plata, te he probado en el crisol de la tribulación.