Al oír tus amenazas huyen los pueblos, cuando tú intervienes se dispersan las naciones;
Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.
El enemigo corre al sonido de tu voz; cuando te pones en pie, ¡las naciones huyen!
Al sentir tus amenazas huyen los pueblos, tú te paras, y las naciones se dispersan:
A tu voz atronadora se desbandaron los pueblos, Al levantarte Tú se dispersaron las naciones,
Al fragor del estrépito huyen los pueblos; cuando tú te levantas, se desbandan las naciones.