Dejen de confiar en el hombre, que bien poco es lo que vale. La vida del hombre no es más que un suspiro.
Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?
No pongan su confianza en los simples humanos; son tan frágiles como el aliento. ¿Qué valor tienen?
No confíen más en el hombre, pues no dura más que el soplo de sus narices: ¿para qué estimarlo tanto?
Desentendeos° del hombre, cuyo hálito° está en su nariz, Porque, ¿qué vale realmente?
Dejaos del hombre en cuya nariz apenas hay un soplo; pues, ¿en qué puede estimársele?