Así pues, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hay necesidad de más ofrendas por el pecado.
Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.
Y cuando los pecados han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer más sacrificios.
Pues bien, si los pecados han sido perdonados, ya no hay sacrificios por el pecado.
Porque donde hay remisión de estas cosas, no hay más ofrenda por el pecado.
Ahora bien, donde hay perdón, ya no hay más sacrificio de expiación por el pecado.