Pero Dios se acordó de Raquel; oyó su oración y le permitió tener hijos.
Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.
Después Dios se acordó de la dificultad de Raquel y contestó sus oraciones permitiéndole tener hijos.
Entonces Dios se acordó de Raquel, oyó sus ruegos y le concedió ser fecunda.
Y se acordó ’Elohim de Raquel, y la oyó ’Elohim, y abrió su matriz.
Acordóse Dios de Raquel, la escuchó y la hizo fecunda.