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Juan 4:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: –¿Cómo tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús: —Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 La samaritana le dijo: '¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?' (Se sabe que los judíos no tratan con los samaritanos).

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Le dice entonces la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque judíos y samaritanos no comparten).°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Entonces le pregunta la mujer samaritana: '¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, que soy samaritana?'. [Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.]

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Juan 4:9
12 Referencias Cruzadas  

Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: –No os dirijáis a las regiones de los paganos ni entréis en los pueblos de Samaria;


Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él.


En esto llegaron sus discípulos. Se quedaron sorprendidos al ver a Jesús hablando con una mujer, pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería o de qué hablaba con ella.


Los judíos dijeron a Jesús: –Tenemos razón cuando afirmamos que eres un samaritano y que tienes un demonio.


pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra.


Pedro les dijo: –Sabéis que a un judío le prohíbe su religión tener trato con extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha enseñado que no debo llamar profano o impuro a nadie;


Envía a alguien a la ciudad de Jope para que haga venir a Simón, que también se llama Pedro. Está alojado en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar.’


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