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1 Juan 5:6 - Dios Habla Hoy Versión Española

6 La venida de Jesucristo quedó señalada con agua y sangre; no solo con agua, sino con agua y sangre. El Espíritu mismo es testigo de esto, y el Espíritu es la verdad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Y Jesucristo fue revelado como el Hijo de Dios por medio de su bautismo en agua y por derramar su sangre en la cruz, es decir, no mediante agua solamente sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu, quien es la verdad, lo confirma con su testimonio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo; y no sólo por el agua, sino por el agua y la sangre; y el espíritu también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Éste es el que vino mediante° agua y sangre: Jesús el Mesías. No sólo por el agua, sino por el agua y por la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Éste es el que viene por agua y sangre, Jesucristo; no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre. Y de ello da testimonio el Espíritu, porque el Espíritu es la verdad.

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1 Juan 5:6
39 Referencias Cruzadas  

Os lavaré con agua pura, os limpiaré de todas vuestras impurezas, os purificaré del contacto con vuestros ídolos


Porque todo ser vive por la sangre que está en él, y yo os la he dado en el altar para que por medio de ella podáis pagar el rescate por vuestra vida, pues la sangre es el pago del rescate por la vida.


Esto dice el Señor: “Jerusalén, por la sangre de tu pacto sacaré yo del pozo sin agua a tus presos que están en él.


porque esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados.


Jesús, una vez bautizado, salió del agua. En esto el cielo se abrió, y Jesús vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él como una paloma.


Les dijo: –Esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos.


Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: –Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es derramada en favor vuestro.


Jesús le contestó: –Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.


“Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del Padre, él será mi testigo.


Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os hará saber las cosas que van a suceder.


Jesús le contestó: –Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.


Jesús le contestó: –Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.


pero el que beba del agua que yo le daré, jamás volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré brotará en él como un manantial de vida eterna.


Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida.


Más tarde, al pasar por un sitio donde había agua, el funcionario dijo: –Aquí hay agua, ¿no podría yo ser bautizado?


Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quiso Dios demostrar su justicia, y mostrar que si pasó por alto los pecados de otro tiempo


En su gran amor, Dios nos ha liberado por la sangre que su Hijo derramó, y ha perdonado nuestros pecados.


pues hemos recibido noticias de vuestra fe en Cristo Jesús y de vuestro amor para con todos los que pertenecen al pueblo santo,


Pues la verdad revelada de nuestra religión es, sin duda, algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.


y nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho nada bueno, sino porque tuvo compasión de nosotros. Por medio del lavamiento nos ha hecho nacer de nuevo; por medio del Espíritu Santo nos ha dado nueva vida,


Pues bien, ¿no creéis que merecen mucho mayor castigo los que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre, los que insultan al Espíritu del Dios que los ama? Porque esa sangre es la que confirma el pacto, y con ella fueron consagrados.


a Jesús, mediador de un nuevo pacto, y a la sangre con que hemos sido purificados, la cual nos habla mejor que la de Abel.


Que el Dios de paz, que resucitó de la muerte a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre que confirmó su pacto eterno


Pero si esto es así, ¡cuánto más poder tendrá la sangre de Cristo! Pues Cristo, por medio del Espíritu eterno, se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha, y su sangre limpia nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para que podamos servir al Dios viviente.


pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y solo una vez al año. Y cuando entra tiene que llevar sangre de animales para ofrecerla por sí mismo y por los pecados que el pueblo comete sin darse cuenta.


a quienes Dios Padre había escogido anteriormente conforme a su propósito. Por medio del Espíritu os ha consagrado para que le obedezcáis y seáis purificados con la sangre de Jesucristo. Recibid abundancia de gracia y de paz.


Aquella agua era representación del agua del bautismo que ahora os salva (un bautismo que no consiste en limpiar el cuerpo, sino en pedirle a Dios una conciencia limpia); y os salva por la resurrección de Jesucristo,


Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión entre nosotros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.


El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.


y también de parte de Jesucristo, testigo fiel, que fue el primero en resucitar y tiene autoridad sobre los reyes de la tierra. Cristo nos ama y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre,


Y cantaban este nuevo canto: “Tú eres digno de tomar el rollo y romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y derramando tu sangre redimiste para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.


“Tú lo sabes, Señor”, le contesté. Y él me dijo: “Estos son los que han pasado por la gran aflicción, los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.


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