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Números 11:10 - Biblia Castilian 2003

10 Oyó Moisés cómo el pueblo lloraba, familia por familia, cada uno a la entrada de su tienda. Y se encendió en gran manera la cólera de Yahveh. A Moisés le desagradó esto en gran manera

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Entonces Moisés escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de sus carpas y el Señor se enfureció. Moisés también estaba muy molesto,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Moisés oyó que el pueblo lloraba, cada familia a la entrada de su tienda, mientras ardía la cólera de Yavé. Moisés se afectó mucho por eso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y oyó Moisés al pueblo, cómo familias enteras lloraban, cada cual a la entrada de su tienda. Y la ira de YHVH se encendió grandemente, y también fue desagradable ante los ojos de Moisés.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Oyó Moisés cómo el pueblo lloraba, familia por familia, cada uno a la entrada de su tienda. Y se encendió en gran manera la cólera de Yahveh. A Moisés le desagradó esto en gran manera

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Números 11:10
19 Referencias Cruzadas  

murmuraron en sus tiendas y no obedecieron la orden del Se or.


¿No he de aborrecer, Se or, al que te odia y odiar al que se rebela contra ti?


Por eso, al escucharlo, el Se or se enojó, un fuego se encendió contra Jacob, su ira se elevó contra Israel,


Al o rlo el Se or se enfureció y repudió de veras a Israel.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.


Tendrás que soltar tu mano de la herencia que te hab a dado, y te haré esclavo de tus enemigos en un pa s que no conoces; pues fuego se ha encendido en mi ira que arderá eternamente.


Aconteció que el pueblo profirió amargos lamentos que sonaron mal a los o dos de Yahveh. Yahveh lo oyó, se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahveh que devoró un extremo del campamento.


y dijo a Yahveh: '¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Por qué no gozo de tu favor, sino que echas sobre m la carga de todo este pueblo?


Cuando de noche ca a el roc o sobre el campamento, ca a también sobre él el maná.


Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre de sobre la faz de la tierra.


Y Yahveh, encendido en cólera contra ellos, se marchó.


Ellos se alejaron de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abirón. Datán y Abirón salieron y se pusieron a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus peque uelos.


y habló contra Dios y contra Moisés diciendo: '¿Por qué nos sacaste de Egipto, para hacernos morir en el desierto? No hay aqu pan ni agua; y estamos ya cansados de este alimento sin sustancia'.


Cuando Jesús lo vio, lo llevó muy a mal y les dijo: 'Dejad que los ni os vengan a m, no se lo impidáis; pues el reino de Dios es de los que son como ellos.


Y mirándolos en torno con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: 'Extiende la mano'. Él la extendió, y la mano se le quedó sana.


Porque fuego ardiente se enciende en mi rostro, que quema hasta el seol más profundo; que devora la tierra y sus productos, que abrasa los cimientos de los montes.


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