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Lucas 22:53 - Biblia Castilian 2003

53 Mientras estaba yo entre vosotros d a tras d a en el templo, no extendisteis las manos contra m. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

53 Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

53 ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve allí todos los días, pero este es el momento de ustedes, el tiempo en que reina el poder de la oscuridad».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

53 ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes en el Templo? Pero ahora reinan las tinieblas, y es la hora de ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

53 Estando Yo con vosotros cada día en el templo,° no extendisteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

53 Mientras estaba yo entre vosotros día tras día en el templo, no extendisteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas'.

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Lucas 22:53
20 Referencias Cruzadas  

es breve la alegr a del malvado y que sólo un instante dura el gozo del perverso?


Entró en el templo y, mientras estaba ense ando, se acercaron los pont fices y los ancianos del pueblo y le preguntaron: '¿Con qué autoridad haces tú esas cosas y quién te dio esa autoridad?'.


Dijo luego Jesús a los pont fices, a los oficiales de la guardia del templo y a los ancianos, que hab an venido contra él: '¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos?


Después de prenderlo, lo llevaron e introdujeron en la casa del sumo sacerdote. Pedro lo iba siguiendo de lejos.


'Ahora mi alma se encuentra turbada. ¿Voy a decir: 'Padre, sálvame de esta hora?'. ¡Si precisamente para esto he llegado a esta hora!


Y apenas tomó el bocado, salió fuera. Era ya de noche.


Ya no hablaré mucho con vosotros, porque está al llegar el jefe del mundo. Contra m nada puede;


Quer an, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todav a no hab a llegado su hora.


Volvieron, pues, los guardias ante los pont fices y los fariseos, y éstos les preguntaron: 'Pero ¿por qué no lo habéis tra do?'.


a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en m '.


porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, con los seres espirituales de la maldad que están en las alturas.


Él nos libertó del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor,


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