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Levítico 26:41 - Biblia Castilian 2003

41 Por eso me opuse yo a ellos y los expulsé a la tierra de sus enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y expiarán su iniquidad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

41 yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Cuando yo haga que su hostilidad se vuelva contra ellos y los lleve a la tierra de sus enemigos, entonces, por fin, su obstinado corazón será humillado y pagarán por sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 y que yo también me enfrenté con ellos y los desterré al país de sus enemigos. ¡Ojalá que se humillen los corazones incircuncisos y acepten el castigo de su maldad!

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Yo también tuve que andar en oposición con ellos, y llevarlos a la tierra de sus enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y entonces aceptarán el castigo de su iniquidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Por eso me opuse yo a ellos y los expulsé a la tierra de sus enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y expiarán su iniquidad.

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Levítico 26:41
39 Referencias Cruzadas  

'¿Has visto cómo Ajab se ha humillado delante de m ? Por haberse humillado delante de m, no traeré la desgracia sobre su casa durante su vida, sino que la traeré durante la vida de su hijo'.


Por haberse humillado, se apartó de él la cólera de Yahveh y no lo destruyó totalmente, pues aún hab a en Judá algunas cosas buenas.


Pero Ezequ as se humilló por haberse dejado dominar por la soberbia, y con él los habitantes de Jerusalén. Por eso no vino sobre ellos la cólera de Yahveh en los d as de Ezequ as.


Su oración, y cómo fue atendido, todos sus pecados y prevaricaciones, los sitios en que construyó los lugares altos y colocó las aserás y los dolos, antes de haberse humillado, están consignados en los relatos de los videntes.


Pero no se humilló ante Yahveh, como se hab a humillado su padre Manasés, sino que Amón cometió pecados aún mayores.


Y después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas acciones y nuestras grandes culpas - y eso que tú, oh Dios nuestro, no nos has castigado según nuestra iniquidad, y aun nos has conservado un resto como éste -,


¡Oh Yahveh, Dios de nuestros padres! Tú eres bueno, pues has hecho que quedáramos un resto de rescatados como éste que está aqu. Henos aqu ante ti con nuestras culpas, aunque no podemos mantenernos as en tu presencia'.


Tú has sido justo en todo lo que nos ha acontecido; tú has sido fiel, y nosotros inicuos.


Presérvame de toda rebeld a, no me expongas a las afrentas de los necios.


Moisés y Aarón fueron al Faraón y le dijeron: 'As habla Yahveh, Dios de los hebreos: '¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante m ? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.'


Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.


¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su o do está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.


Os consolarán cuando veáis su conducta y sus obras, y sabréis que no sin motivo hice todo lo que hice contra ella' - oráculo del Se or Yahveh.'


All recordaréis vuestra conducta y todas vuestras acciones con las que os habéis contaminado, y os sentiréis asqueados de vosotros mismos por todas las maldades que cometisteis.


al admitir extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de cuerpo, para que estén en mi santuario y profanen mi templo, pues cuando me presentabais la comida, la grasa y la sangre, romp ais mi alianza con todas vuestras abominaciones!'.


as dice el Se or Yahveh: 'Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de cuerpo, ninguno de todos los extranjeros que hay entre los hijos de Israel, entrará en mi santuario'.'


entonces vuestros evadidos se acordarán de m en medio de las naciones adonde habrán sido deportados, después que yo haya quebrantado el corazón que se prostituyó apartándose de m y los ojos que se prostituyeron yendo tras sus dolos; y se sentirán asqueados de s mismos por las maldades que cometieron con tantas abominaciones.


también yo a mi vez me opondré a vosotros, y os castigaré siete veces más por vuestros pecados.


yo me opondré a vosotros con furor, y os castigaré yo mismo otras siete veces por vuestros pecados.


confesará el pecado que ha cometido, restituirá en su totalidad lo que haya sustra do, a adirá una quinta parte de su valor y la entregará a aquel contra quien se hizo culpable.


Pues el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.


Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado'.


Os digo que éste descendió a su casa justificado, y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado'.


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Porque en Cristo Jesús nada valen ni la circuncisión ni la no circuncisión, sino la fe que actúa por medio del amor.


Circuncidad, pues, vuestros corazones y no endurezcáis más vuestra cerviz.


Yahveh, tu Dios, circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames a Yahveh, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y para que as vivas.


cuando le alcancen muchos males y aflicciones, este cántico dará testimonio contra ellos, pues no caerá en olvido en la boca de sus descendientes. Porque yo conozco los propósitos que se forja hoy, aun antes de que lo introduzca en el pa s que le promet bajo juramento'.


Pues la verdadera circuncisión somos nosotros, los que practicamos el culto según el Esp ritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne,


en el cual también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha a mano por despojo del cuerpo carnal, sino por la circuncisión de Cristo,


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