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Juan 5:19 - Biblia Castilian 2003

19 Entonces Jesús, tomando la palabra, les dijo: 'De verdad os aseguro: nada puede hacer el Hijo por s mismo, como no lo vea hacer al Padre; porque lo que éste hace, también, y de modo semejante, lo hace el Hijo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Entonces Jesús explicó: «Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta; solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Jesús les dirigió la palabra: 'En verdad les digo: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino sólo lo que ve hacer al Padre. Todo lo que haga éste, lo hace también el Hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también hace igualmente el Hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Entonces Jesús, tomando la palabra, les dijo: 'De verdad os aseguro: nada puede hacer el Hijo por sí mismo, como no lo vea hacer al Padre; porque lo que éste hace, también, y de modo semejante, lo hace el Hijo.

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Juan 5:19
43 Referencias Cruzadas  

Al principio creó Dios el cielo y la tierra.


Dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, semejante a nosotros, y domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados de la tierra y sobre todos los reptiles terrestres'.


El d a en que te invoco, tú me atiendes y acrecientas las fuerzas de mi alma.


Espera en el Se or: corazón denodado y valeroso, espera en el Se or.


Hasta los cielos proclamarán su rectitud, pues es Dios el que juzga. Selah


Yahveh le respondió: '¿Quién ha dado al hombre la boca, y quién hace al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿Acaso no soy yo, Yahveh?


porque es Yahveh quien da la sabidur a, de su boca brotan la ciencia y la prudencia.


As dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno: yo soy Yahveh, que lo ha hecho todo; yo extiendo los cielos, yo solo, dilato la tierra, y ¿quién conmigo?,


diciendo: 'Sólo en Yahveh están los actos justos y la fuerza''. A Él vendrán avergonzados todos los que se irritaban contra Él.


Yo, Yahveh, escruto el corazón, sondeo las entra as, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.


Y adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba diciendo: '¡Padre m o: si es posible, que pase de m este cáliz! Pero no sea como yo quiero sino como quieres tú'.


porque yo os daré un lenguaje y una sabidur a que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios.


Nadie me la quita, sino que yo por m mismo la doy; tengo poder para darla y tengo poder para recobrarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre.'


Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado, él me ha dado el mandato de lo que tengo que decir y hablar.


Y yo sé bien que este mandato suyo es vida eterna. Por eso, las cosas que yo hablo, las hablo tal y como el Padre me las ha dicho'.


¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en m ? Las palabras que yo os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que mora en m es quien realiza sus obras.


Jesús les contestó: 'Destruid este templo, y en tres d as lo levantaré'.


Jesús le respondió: 'De verdad te aseguro: quien no nace de lo alto, no puede ver el reino de Dios'.


Pues lo mismo que el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, as también el Hijo da vida a los que quiere.


Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.


Jesús a adió: 'Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy el que soy y que nada hago por mi cuenta, sino que, conforme a lo que el Padre me ense ó, as hablo.


Mientras es de d a, tenemos que trabajar en las obras de aquel que me envió; se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar.


Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, pues no era posible que la muerte lo retuviera en su poder.


Pues por medio del bautismo fuimos juntamente con él sepultados en su muerte, para que, as como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, as también nosotros caminemos en una vida nueva.


Y si el Esp ritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo dará vida también a vuestros cuerpos mortales por medio de ese Esp ritu suyo que habita en vosotros.


Pues bien, si se proclama que Cristo ha sido resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de vosotros dicen que no hay resurrección de muertos?


sabiendo que el que resucitó al Se or Jesús, nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos presentará juntamente con vosotros.


Todos nosotros tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo merecido de todo lo que hizo mientras vivió en el cuerpo: bueno o malo.


también a nosotros, muertos por nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo - pues de gracia habéis sido salvados -,


para que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser poderosamente fortalecidos por la acción de su Esp ritu en vuestro interior;


el cual transfigurará el cuerpo de esta humilde condición nuestra, conformándolo al cuerpo de su condición gloriosa, según la eficacia de su poder, para someter a su dominio todas las cosas.


Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas.


para que, fortalecidos bajo todos los aspectos, según el poder de su gloria, con ánimo constante y llenos de alegr a,


porque en él fueron creadas todas las cosas en el cielo y sobre la tierra, las visibles y las invisibles, ya tronos, ya dominaciones, ya principados, ya potestades: todo fue creado por él y para él;


Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera Dios, por medio de Jesús, llevará con él a los que ya murieron.


Porque también Cristo murió de una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a Dios. Entregado a la muerte según la carne, fue vivificado según el esp ritu,


A sus hijos los mataré sin remisión, y conocerán todas las Iglesias que soy yo quien escruta los corazones y las entra as. Yo os daré a cada uno de vosotros según sus obras.


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