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Juan 1:19 - Biblia Castilian 2003

19 Y éste es el testimonio de Juan, cuando los jud os le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Este fue el testimonio que dio Juan cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y ayudantes del templo desde Jerusalén para preguntarle: —¿Quién eres?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: '¿Quién eres tú?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron desde Jerusalem unos sacerdotes y levitas, para que le preguntaran: ¿Tú quién eres?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?'.

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Juan 1:19
27 Referencias Cruzadas  

éste vino para ser testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él.


Lo rodearon los jud os para preguntarle: '¿Hasta cuándo nos vas a tener en vilo? Si tú eres el Cristo, d noslo claramente'.


De nuevo tomaron piedras los jud os para lapidarlo.


Hab an venido muchos jud os a casa de Marta y Mar a, para consolarlas por lo de su hermano.


Los jud os le dijeron: '¿Qué se al nos muestras para poder tú hacer esto?'.


Replicaron los jud os: 'Cuarenta y seis a os duró la construcción de este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres d as?'.


Por tanto, los jud os dec an al que hab a sido curado: 'Es sábado, y no te es l cito llevar a cuestas la camilla'.


El hombre fue a decir a los jud os que era Jesús el que lo hab a curado.


Y por esto los jud os persegu an a Jesús, porque hac a tales cosas en sábado.


Por esto, precisamente, los jud os pon an aún más empe o en matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que, además, dec a que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.


Los jud os comenzaron a murmurar de él porque hab a dicho: 'Yo soy el pan bajado del cielo'.


Pusiéronse entonces a discutir los jud os entre s, diciendo: '¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?'.


Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quer a andar por Judea, porque los jud os trataban de matarlo.


Los jud os, entre tanto, andaban buscándolo durante la fiesta y preguntaban: '¿Dónde está ése?'.


Los jud os se quedaban admirados y dec an: '¿Cómo éste sabe de letras, sin haber estudiado?'.


Dec an los jud os: '¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: 'A donde yo voy, no podéis venir vosotros?'.


Los jud os le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'.


Dijéronle los jud os: 'Ahora s que estamos seguros de que estás endemoniado. Murió Abrahán y los profetas. Y tú dices: 'El que guarda mi palabra, no experimentará la muerte jamás'.


Contestáronle los jud os: '¿Todav a no tienes cincuenta a os y has visto a Abrahán?'.


Estando ya Juan a punto de terminar su carrera, declaró: 'Yo no soy lo que pensáis que soy; sino que detrás de m viene aquel de quien yo no soy digno de desatar la sandalia de los pies'.


Dijo Pablo: 'Juan bautizó con bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyeran en el que ven a detrás de él, es decir, en Jesús'.


En caso de llaga de lepra, mirarás de seguir en todo y de cumplir puntualmente lo que os prescriban los sacerdotes levitas y pondréis por obra cuanto yo les he mandado.


Éste es el mensaje que de él hemos o do y os anunciamos: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna.


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