Jonás 2:7 - Biblia Castilian 2003

⁷ Hasta las ra ces de los montes descend, los cerrojos de la tierra se cerraban por siempre sobre m. Mas tú sacaste mi vida de la fosa, Yahveh, Dios m o.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁷ Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ Cuando la vida se me escapaba, recordé al Señor. Elevé mi oración sincera hacia ti en tu santo templo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ A las raíces de los montes descendí, al país cuyos cerrojos se cierran para siempre, pero me hiciste subir de la fosa, ¡oh Yavé, mi Dios!

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ Cuando mi alma desfallecía en mí, Me acordé de YHVH, Y mi oración llegó hasta ti en tu santa Casa.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ Hasta las raíces de los montes descendí, los cerrojos de la tierra se cerraban por siempre sobre mí. Mas tú sacaste mi vida de la fosa, Yahveh, Dios mío.

Jonás 2:7 Referencias Cruzadas

2 Crónicas 30:27

Luego se levantaron los sacerdotes y los levitas y bendijeron al pueblo. Su voz fue escuchada y su oración llegó hasta la santa morada, hasta el cielo.

Salmos 11:4

Yahveh en su santuario, el Se or desde su trono celestial, observa con sus ojos, con su vista examina los hijos de los hombres.

Salmos 142:3

vierto mi queja en su presencia, digo mis cuitas a su vista.

Salmos 143:5

Yo recuerdo los d as de anta o, medito en tus acciones y reflexiono sobre las obras de tus manos.

Salmos 18:6

me rodean los brazos del seol, me preceden los cepos de la muerte.

Salmos 20:7

Yo sé ya desde ahora que el Se or socorrerá a su ungido, que él responderá desde su santo cielo con la fuerza de su diestra salvadora.

Salmos 22:14

hacia m abren sus fauces, como león que ruge y que devora.

Salmos 27:13

¡Oh, yo espero he de gustar los bienes del Se or en la tierra de los vivos!

Salmos 42:11

con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'.

Salmos 42:5

Al recordarme de ello, mi alma se derrama en mi interior. Me uniré con el pueblo, lo guiaré hacia la casa del Se or, entre voces de alegr a y alabanzas de multitud en fiesta.

Salmos 43:5

¿Por qué estás abatida, oh alma m a, y murmuras en m ? Conf a en el Se or: podré aún alabarlo, a él, alegr a de mi rostro, a él, mi Dios.

Salmos 65:4

Si el pecado sobrepasa nuestras fuerzas, cubres tú nuestras culpas.

Isaías 38:17

Mirad, en salud se cambió mi amargura. Tú has preservado mi vida de la fosa de la ruina, pues te has echado a la espalda todos mis pecados.

Isaías 50:10

Quien de vosotros tema a Yahveh, escuche la voz de su Siervo. El que camine en tinieblas y no perciba ningún resplandor, conf e en el nombre de Yahveh y apóyese en su Dios.

Jonás 2:4

Me arrojaste al abismo, al seno de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus olas, tu oleaje, cargaron sobre m.

Miqueas 1:2

¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende, tierra, y cuanto contienes! Sea testigo el Se or Yahveh contra vosotros, el Se or desde su santo templo.

Habacuc 2:20

En cambio, Yahveh está en su santo templo. ¡Enmudezca ante él toda la tierra!

Hebreos 12:3

Fijaos bien en él, que soportó tama a oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis ánimos.

1 Samuel 30:6

David se vio entonces en un grave aprieto, porque la gente hablaba de lapidarlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos e hijas. Pero David cobró ánimos en Yahveh, su Dios.