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Apocalipsis 8:3 - Biblia Castilian 2003

3 Vino otro ángel y se puso en pie, junto al altar, con un incensario de oro. Se le dio gran cantidad de incienso para que lo ofreciese, junto con las oraciones de todo el pueblo santo, sobre el altar de oro que está delante del trono.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces vino otro ángel con un recipiente de oro para quemar incienso y se paró ante el altar. Se le dio una gran cantidad de incienso para mezclarlo con las oraciones del pueblo de Dios como una ofrenda sobre el altar de oro delante del trono.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y llegó otro ángel, y se puso en pie junto° al altar° teniendo un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiera° a las oraciones de todos los santos, en el altar de oro delante del trono.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Vino otro ángel y se puso en pie, junto al altar, con un incensario de oro. Se le dio gran cantidad de incienso para que lo ofreciese, junto con las oraciones de todo el pueblo santo, sobre el altar de oro que está delante del trono.

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Apocalipsis 8:3
32 Referencias Cruzadas  

las escudillas, los cuchillos, los aspersorios, los incensarios y los braseros de oro puro, los goznes de oro para las puertas del recinto interior, del lugar sant simo, y para las puertas del hekal del templo.


que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.


Colocó el altar de oro en la tienda del encuentro, delante del velo,


Voló entonces hacia m uno de los serafines, con una brasa encendida en su mano, que hab a tomado de encima del altar con unas tenazas;


a un altar de madera, de tres codos de alto, dos codos de largo y dos codos de ancho; sus ángulos, su zócalo y sus lados eran de madera. Me dijo: 'Ésta es la mesa que está delante de Yahveh'.


Vi a Yahveh, de pie junto al altar, que dec a: '¡Rompe el capitel y que se desplomen los dinteles! Les cortaré a todos ellos la cabeza y a los que queden los mataré a espada; ninguno de ellos podrá huir, ni un solo evadido se podrá salvar.


Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.


Tenderán un pa o de púrpura violeta encima del altar de oro, lo recubrirán con pieles de marsopa y después colocarán los varales.


una cuchara de oro de diez siclos llena de incienso;


Y mientras ofrec a el incienso, todo el concurso del pueblo estaba orando fuera.


¿Quién podrá condenar? Pero es que, además, Cristo [Jesús], el que murió, mejor aún, el resucitado, el que está a la diestra de Dios, aboga en favor nuestro.


De ah que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.


en ella hab a un altar de oro para el incienso y el arca de la alianza, toda recubierta de oro, en cuyo interior se encontraba una urna de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de la ley.


Vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Ten a sobre su cabeza el arcoiris; su rostro era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.


Salió del altar otro ángel, que ten a poder sobre el fuego; y gritó con gran voz al que ten a la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vi a de la tierra, porque sus uvas están en sazón'.


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.


Cuando abrió el quinto sello, vi al pie del altar las almas de los que hab an sido degollados por causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.


Vi a otro ángel que sub a de la parte del oriente y ten a el sello de Dios vivo. Y gritó con gran voz a los cuatro ángeles a quienes fue dado poder para da ar a la tierra y al mar,


El humo del incienso, junto con las oraciones del pueblo santo, subió de la mano del ángel hasta la presencia de Dios.


Tomó el ángel el incensario, lo llenó de ascuas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos y voces y relámpagos y terremoto.


Tocó el sexto ángel. Y o una voz que sal a de las cuatro esquinas del altar de oro que está delante de Dios


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