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2 Samuel 16:3 - Biblia Castilian 2003

3 El rey le preguntó: '¿Y dónde está el hijo de tu se or?'. Sibá replicó al rey: 'Se ha quedado en Jerusalén, porque piensa: 'Hoy me ha de restituir la casa de Israel el reino de mi padre''.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 —¿Y dónde está Mefiboset, el nieto de Saúl? —le preguntó el rey. —Se quedó en Jerusalén —contestó Siba—. Dijo: “Hoy recobraré el reino de mi abuelo Saúl”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces le dijo el rey: 'Pero, dónde está el hijo de tu señor Saúl?' Siba dijo al rey: 'Se quedó en Jerusalén, pues piensa que la casa de Israel le devolverá hoy la realeza de su padre'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu amo? Y Siba respondió al rey: He aquí se ha quedado en Jerusalem porque dijo: ¡Hoy mismo la casa de Israel me devolverá el reino de mi padre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El rey le preguntó: '¿Y dónde está el hijo de tu señor?'. Sibá replicó al rey: 'Se ha quedado en Jerusalén, porque piensa: 'Hoy me ha de restituir la casa de Israel el reino de mi padre''.

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2 Samuel 16:3
13 Referencias Cruzadas  

Entonces el rey dijo a Sibá: 'Para ti será todo lo que pertenece a Meribaal'. Respondió Sibá: 'Me postro ante ti. ¡Goce yo de tu favor, oh rey, mi se or!'.


al que infama en secreto a su vecino le habré de destruir; el de vista altanera y corazón hinchado, con ése yo no puedo.


que con su lengua no calumnia, que no hace da o a su vecino ni a su prójimo calumnia;


como aguas me rodean todo el d a, me asaltan todos a la vez.


No darás contra tu prójimo falso testimonio.


Tal es la suerte de quien corre tras el lucro: su avidez termina por matarle.


El falso testigo perecerá; el hombre que escuchó hablará con éxito.


No os fiéis del compa ero, no confiéis en el amigo; ante la que comparte tu lecho guarda las puertas de tu boca.


¡Ay de ellos! Porque se fueron por el camino de Ca n, por un salario se sumergieron en el extrav o de Balaán y perecieron en la rebelión de Coré.


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