Lávame por completo de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados.
¡Lávame más y más de mi maldad, y purifícame de mi pecado!
Cuando, después que se hubo unido a Betsabé, vino a su encuentro el profeta Natán.