El Seol y el Abadón nunca se sacian; tampoco se sacian los ojos del hombre.
El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
Así como la Muerte y la Destrucción nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.
La muerte y el mundo de abajo nunca están satisfechos: lo mismo el deseo humano.
El Seol y el Abadón no se sacian jamás, Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
El seol y el averno son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.