Callad delante de mí para que pueda hablar yo; y venga sobre mí lo que venga.
Escuchadme, y hablaré yo, Y que me venga después lo que viniere.
»Ahora quédense en silencio y déjenme en paz. Permítanme hablar y afrontaré las consecuencias.
¡Cállense, ahora voy a hablar yo, y que me pase cualquier cosa!
Callad, para que yo pueda hablar, ¡Y que me sobrevenga lo que sea!
¡Callad! ¡Dejadme hablar, y venga sobre mí lo que fuere!