y cuando levanté la voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó afuera.
Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
pero, cuando grité, ¡salió corriendo y dejó su manto en mis manos!».
Cuando grité pidiendo auxilio, él salió huyendo y dejó su ropa en mis manos.
y sucedió que cuando alcé mi voz y grité, él dejó su vestidura junto a mí y huyó afuera.
pero cuando alcé mi voz y llamé, abandonó él su vestido junto a mi, huyó y salió fuera'.