Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima.
Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
Y si nuestra esperanza en Cristo es solo para esta vida, somos los más dignos de lástima de todo el mundo.
Si nuestra esperanza en Cristo se termina con la vida presente, somos los más infelices de todos los hombres.
Si solamente para esta vida esperamos en el Mesías, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.
Si nuestra esperanza en Cristo sólo es para esta vida, somos los más desgraciados de todos los hombres.