Al malvado lo atrapan sus malas obras;las cuerdas de su pecado lo aprisionan.
Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado.
Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
El que hace el mal quedará atrapado en el mal que hizo, se verá atado por sus propios pecados.
En su propia iniquidad quedará atrapado el inicuo, Amarrado con la soga de su pecado.
El malvado se enreda en sus propias maldades y es capturado en el lazo de su culpa.