El que es entendido refrena sus palabras;el que es prudente controla sus impulsos.
El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido.
El verdadero sabio emplea pocas palabras; la persona con entendimiento es serena.
El hombre con experiencia no habla demasiado, el inteligente se toma su tiempo antes de hablar.
El que mide sus palabras sabe lo que hace, No se acalora el hombre prudente.
Quien ahorra palabras domina la ciencia, el hombre reservado es inteligente.