Los deseos de los justos terminan bien;la esperanza de los malvados termina mal.
El deseo de los justos es solamente el bien; Mas la esperanza de los impíos es el enojo.
Los justos pueden esperar una recompensa, mientras que a los perversos solo les espera juicio.
Los justos no desean sino el bien, los malos también tienen sus esperanzas, pero van al fracaso.
El anhelo de los justos es sólo el bien, Pero la expectativa de los impíos es la ira.
El deseo de los justos tiende al bien; a los malvados les aguarda la cólera.