Lo que cada uno consagra es suyo, pero lo que se da al sacerdote es del sacerdote.»
Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera diere al sacerdote, suyo será.
Cada sacerdote puede quedarse con todos los donativos sagrados que reciba».
Los sacrificios que cada cual ofrece le pertenecen, a excepción de lo que entrega en manos del sacerdote.
y lo santificado por cualquiera será suyo, asimismo lo que cualquiera dé al sacerdote, será suyo.
Las cosas santas que cada uno ofrezca serán suyas; pero lo que se da al sacerdote es para el sacerdote'.