Él lo volvió a negar, jurándoles:—¡A ese hombre ni lo conozco!
Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre.
Nuevamente, Pedro lo negó, esta vez con un juramento. «Ni siquiera conozco al hombre», dijo.
Pedro lo negó por segunda vez, jurando: 'Yo no conozco a ese hombre.
Y otra vez negó con juramento: ¡No conozco a ese hombre!
Y él de nuevo negó con juramento: '¡Que no conozco a ese hombre!'.