»Dame, oh Dios, la fianza que demandas.¿Quién más podría responder por mí?
Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Porque ¿quién querría responder por mí?
»Debes defender mi inocencia, oh Dios, ya que nadie más se levantará en mi favor.
Coloca tú mismo mi fianza al lado tuyo, ya que ningún amigo se compromete por mí.
Deposita, te ruego, mi fianza junto a ti. ¿Quién si no ha de estrechar mi mano?°
Deposita mi fianza junto a ti, pues ¿qué otro estrechará mi mano?