Por eso, cuando enviasteis por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permitidme que os pregunte: ¿para qué me habéis hecho venir?
por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?
Por eso, sin oponerme, vine aquí tan pronto como me llamaron. Ahora díganme por qué enviaron por mí.
Por eso he venido sin dudar apenas me llamaron. Ahora desearía saber por qué me han mandado a buscar.
Por tanto, vine sin vacilación al ser llamado. Así que pregunto: ¿Por qué causa me llamasteis?
Por eso, al ser llamado, he venido sin dudar; pero ahora quisiera saber por qué me hicisteis llamar'.