A pesar de esto, y tal como lo había advertido el Señor, el faraón endureció su corazón y no les hizo caso.
Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
Sin embargo, el corazón del faraón siguió endurecido. Continuó negándose a escucharlos, tal como el Señor había dicho.
Eso no obstante, Faraón se puso más duro y no escuchó a Moisés y a Aarón, como Yavé le había predicho.
Y tal como había hablado YHVH, el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó.
Se endureció el corazón del Faraón y no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahveh.