Aun si el padre se niega a entregársela, el seductor deberá pagar el precio establecido para las vírgenes.
Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes.
Aun si el padre se niega a que él se case con ella, el hombre tendrá que pagar una cantidad igual al precio que se acostumbra pagar por una virgen.
A los hechiceros no los dejarán con vida.
Pero si su padre rehúsa terminantemente dársela, él pesará el dinero conforme a la dote de las vírgenes.°
No dejarás con vida a la hechicera.