Entonces hizo aparejar la burra y le ordenó al criado:—¡Anda, vamos! No te detengas hasta que te lo diga.
Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere.
Entonces ensilló el burro y le dijo al sirviente: «¡Apúrate! Y no disminuyas el paso a menos que yo te lo diga».
Ensilló la burra y dijo al sirviente: 'Vamos, llévame y no te detengas en el camino a menos que te lo pida'.
Y enalbardó el asna, y dijo al siervo: ¡Arrea y anda sin detenerte, a menos que te lo diga!
Mandó aparejar la pollina y dijo a su criado: 'Guía y camina; y no te detengas hasta que yo te diga'.