No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime.
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
Yo no les permito a las mujeres que les enseñen a los hombres ni que tengan autoridad sobre ellos, sino que escuchen en silencio.
No permito que la mujer enseñe ni que quiera corregir a su marido; que se quede tranquila,
porque no permito a la mujer enseñar ni ejercer autoridad sobre el varón, sino estar en silencio.
No permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre; sino que debe mantenerse en silencio.