Cuando Samuel se dio la vuelta para irse, Saúl le agarró el borde del manto, y se lo arrancó.
Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y este se rasgó.
Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl trató de detenerlo y rasgó el borde de su túnica.
Y como Samuel hiciera ademán de irse a su casa, Saúl quiso retenerlo tomándolo del borde de su manto, que se rasgó.
Entonces, cuando Samuel se volvía para irse, él se aferró del extremo de su manto, y éste se rasgó.
Samuel se volvió para irse, pero Saúl le asió por la orla del manto, y éste se rasgó.