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Isaías 26 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011 Vs. Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

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Isaías 26

1 En ese día se cantará este cántico en la tierra de Yahudah: Tenemos una ciudad fortificada; él ha hecho de la victoria nuestro muro y antemuro.

2 Abran las puertas, y que entre una nación justa, que guarda la fidelidad.

3 A la mente confiada tú la guardas en seguridad, en seguridad porque en ti confía.

4 Confíen en Yahweh para siempre, porque en Yah Yahweh tienen una Roca eterna.

5 Pues él abatió a los que moraban en lo alto; humilló a la ciudad enaltecida, la humilló hasta el suelo, la niveló con el polvo

6 –para que la pisoteen los pies de los necesitados, las plantas de los pobres.

7 El camino es llano para el justo; oh Justo, tú allanas la senda del justo.

8 Por tus justos caminos esperamos en ti, oh Yahweh; anhelamos el nombre por el que te llamas.

9 De noche espero por ti con todo mi ser; te busco con todo el aliento que hay en mí. Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.

10 Pero cuando se le tiene piedad al malvado, no aprende justicia –en un lugar de integridad, hace lo malo –ignora la majestad de Yahweh.

11 Oh Yahweh, ellos no ven tu mano levantada. Que se avergüencen al ver tu celo por tu pueblo y que el fuego consume a tus adversarios.

12 Oh Yahweh, dispón bienestar para nosotros, ya que también nos pediste cuentas por todas nuestras malas obras.

13 Oh Yahweh, Elohim nuestro, otros amos aparte de ti nos han poseído, pero nosotros sólo pronunciaremos tu nombre.

14 Ellos están muertos, nunca podrán vivir; son sombras, nunca se levantarán; de verdad, tú los has castigado y los has destruido; has hecho perecer todo recuerdo de ellos.

15 Cuando tú agrandaste la nación, oh Yahweh, cuando agrandaste la nación, extendiendo todas las fronteras de Yisrael, te honraste.

16 Oh Yahweh, en su tribulación, ellos te buscaban; tu castigo los redujo a una oración angustiada y susurrada.

17 Como la mujer encinta y cercana a dar a luz, que se retuerce y grita en sus dolores, así hemos venido a ser delante de ti, oh Yahweh.

18 Concebimos; tuvimos dolores de parto –fue como si diéramos a luz viento; ninguna victoria hemos logrado en la tierra; ni han venido a la vida los habitantes del mundo.

19 ¡Oh, que tus muertos revivan; que los cadáveres se levanten! ¡Despierten y griten de gozo, ustedes que moran en el polvo! –Porque tu rocío es como rocío de germinados nuevos; tú haces que vuelva a la vida la tierra de las sombras.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus habitaciones; cierra tras de ti tus puertas. Escóndete por un breve momento, hasta que pase la indignación.

21 Porque mira que Yahweh sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su maldad; y la tierra dejará ver su sangre derramada y no encubrirá más a sus asesinados.

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Isaías 26

1 En ese día se cantará este cántico en la tierra de Yahudah: Tenemos una ciudad fortificada; él ha hecho de la victoria nuestro muro y antemuro.

2 Abran las puertas, y que entre una nación justa, que guarda la fidelidad.

3 A la mente confiada tú la guardas en seguridad, en seguridad porque en ti confía.

4 Confíen en Yahweh para siempre, porque en Yah Yahweh tienen una Roca eterna.

5 Pues él abatió a los que moraban en lo alto; humilló a la ciudad enaltecida, la humilló hasta el suelo, la niveló con el polvo

6 –para que la pisoteen los pies de los necesitados, las plantas de los pobres.

7 El camino es llano para el justo; oh Justo, tú allanas la senda del justo.

8 Por tus justos caminos esperamos en ti, oh Yahweh; anhelamos el nombre por el que te llamas.

9 De noche espero por ti con todo mi ser; te busco con todo el aliento que hay en mí. Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.

10 Pero cuando se le tiene piedad al malvado, no aprende justicia –en un lugar de integridad, hace lo malo –ignora la majestad de Yahweh.

11 Oh Yahweh, ellos no ven tu mano levantada. Que se avergüencen al ver tu celo por tu pueblo y que el fuego consume a tus adversarios.

12 Oh Yahweh, dispón bienestar para nosotros, ya que también nos pediste cuentas por todas nuestras malas obras.

13 Oh Yahweh, Elohim nuestro, otros amos aparte de ti nos han poseído, pero nosotros sólo pronunciaremos tu nombre.

14 Ellos están muertos, nunca podrán vivir; son sombras, nunca se levantarán; de verdad, tú los has castigado y los has destruido; has hecho perecer todo recuerdo de ellos.

15 Cuando tú agrandaste la nación, oh Yahweh, cuando agrandaste la nación, extendiendo todas las fronteras de Yisrael, te honraste.

16 Oh Yahweh, en su tribulación, ellos te buscaban; tu castigo los redujo a una oración angustiada y susurrada.

17 Como la mujer encinta y cercana a dar a luz, que se retuerce y grita en sus dolores, así hemos venido a ser delante de ti, oh Yahweh.

18 Concebimos; tuvimos dolores de parto –fue como si diéramos a luz viento; ninguna victoria hemos logrado en la tierra; ni han venido a la vida los habitantes del mundo.

19 ¡Oh, que tus muertos revivan; que los cadáveres se levanten! ¡Despierten y griten de gozo, ustedes que moran en el polvo! –Porque tu rocío es como rocío de germinados nuevos; tú haces que vuelva a la vida la tierra de las sombras.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus habitaciones; cierra tras de ti tus puertas. Escóndete por un breve momento, hasta que pase la indignación.

21 Porque mira que Yahweh sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su maldad; y la tierra dejará ver su sangre derramada y no encubrirá más a sus asesinados.

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Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

Versión Israelita Nazarena 2011

Traducción Kadosh Israelita Mesiánica © 2011 Diego Ascunce Traductor

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