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Hechos 1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vs. Biblia Serafín de Ausejo 1975

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Hechos 1

1 En mi primer relato escribí, Teófilo, acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó

2 desde el principio hasta el día en que, después de haber dado instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que él se había elegido, fue arrebatado a lo alto.

3 A estos mismos se mostró después de su pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo, permitió que por espacio de cuarenta días le vieran, y les habló del reino de Dios.

4 En el curso de una comida, les ordenó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, 'de la que me habéis oído hablar;

5 porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo dentro de no muchos días'.

6 Los reunidos le preguntaban: 'Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?'.

7 Él les dijo: 'No os corresponde a vosotros saber los tiempos o momentos que el Padre ha fijado por su propia autoridad,

8 sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis testigos míos en Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra'.

9 Y dicho esto, fue elevado a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.

10 Estaban ellos mirando atentamente al cielo mientras se iba cuando de pronto se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,

11 que les dijeron: 'Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo? Este mismo Jesús que os ha sido arrebatado al cielo volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo'.

12 Se volvieron entonces a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que sólo dista de Jerusalén lo que está permitido andar en sábado.

13 Entraron y subieron a la habitación donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón de Zelotes y Judas el de Santiago.

14 Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos.

15 Uno de aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos -un grupo de unas ciento veinte personas personas en total- y dijo:

16 'Hermanos, era preciso que se cumpliera la sentencia de la Escritura que por boca de David predijo el Espíritu Santo acerca de Judas, convertido en guía de los que prendieron a Jesús.

17 Él pertenecía a nuestro grupo y le había correspondido su puesto en este ministerio;

18 pero adquirió un campo con el precio de la traición, cayó de cabeza, reventó y se le salieron todas las entrañas.

19 El suceso fue tan notorio para todos los habitantes de Jerusalén que a aquella finca se la llamó en su propia lengua Hacéldama, que quiere decir 'campo de sangre'.

20 Pues escrito está en el libro de los Salmos: Que se vuelva un desierto su morada, y no haya quien habite en ella. Y también: Que otro ocupe su cargo'.

21 'Conviene, pues, que de entre los hombres que nos han acompañado todo el tiempo en que anduvo el Señor Jesús entre nosotros,

22 desde el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue arrebatado, uno de éstos sea constituido, junto a nosotros, testigo de su resurrección.'

23 Presentaron a dos: a José, de apellido Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.

24 Y puestos en oración dijeron: 'Tú, Señor, conocedor de los corazones de todos, indícanos a quién de estos dos has elegido

25 para ocupar el puesto de este ministerio y apostolado, del cual desertó Judas para irse al lugar que le correspondía'.

26 Les echaron las suertes y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado a los once apóstoles.

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Hechos 1

1 En mi primer relato escribí, Teófilo, acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó

2 desde el principio hasta el día en que, después de haber dado instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que él se había elegido, fue arrebatado a lo alto.

3 A estos mismos se mostró después de su pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo, permitió que por espacio de cuarenta días le vieran, y les habló del reino de Dios.

4 En el curso de una comida, les ordenó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, 'de la que me habéis oído hablar;

5 porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo dentro de no muchos días'.

6 Los reunidos le preguntaban: 'Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?'.

7 Él les dijo: 'No os corresponde a vosotros saber los tiempos o momentos que el Padre ha fijado por su propia autoridad,

8 sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis testigos míos en Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra'.

9 Y dicho esto, fue elevado a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.

10 Estaban ellos mirando atentamente al cielo mientras se iba cuando de pronto se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,

11 que les dijeron: 'Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo? Este mismo Jesús que os ha sido arrebatado al cielo volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo'.

12 Se volvieron entonces a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que sólo dista de Jerusalén lo que está permitido andar en sábado.

13 Entraron y subieron a la habitación donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón de Zelotes y Judas el de Santiago.

14 Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos.

15 Uno de aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos -un grupo de unas ciento veinte personas personas en total- y dijo:

16 'Hermanos, era preciso que se cumpliera la sentencia de la Escritura que por boca de David predijo el Espíritu Santo acerca de Judas, convertido en guía de los que prendieron a Jesús.

17 Él pertenecía a nuestro grupo y le había correspondido su puesto en este ministerio;

18 pero adquirió un campo con el precio de la traición, cayó de cabeza, reventó y se le salieron todas las entrañas.

19 El suceso fue tan notorio para todos los habitantes de Jerusalén que a aquella finca se la llamó en su propia lengua Hacéldama, que quiere decir 'campo de sangre'.

20 Pues escrito está en el libro de los Salmos: Que se vuelva un desierto su morada, y no haya quien habite en ella. Y también: Que otro ocupe su cargo'.

21 'Conviene, pues, que de entre los hombres que nos han acompañado todo el tiempo en que anduvo el Señor Jesús entre nosotros,

22 desde el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue arrebatado, uno de éstos sea constituido, junto a nosotros, testigo de su resurrección.'

23 Presentaron a dos: a José, de apellido Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.

24 Y puestos en oración dijeron: 'Tú, Señor, conocedor de los corazones de todos, indícanos a quién de estos dos has elegido

25 para ocupar el puesto de este ministerio y apostolado, del cual desertó Judas para irse al lugar que le correspondía'.

26 Les echaron las suertes y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado a los once apóstoles.

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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

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