2 Corintios 41 Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos; 2 al contrario, hemos renunciado a manejos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios. 3 Pero, además, si la buena noticia que anunciamos sigue velada, es para los que se pierden, 4 pues por su incredulidad el dios del mundo éste les ha cegado la mente y no distinguen el resplandor de la buena noticia del Mesías glorioso, imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos de ustedes por Jesús; 6 pues el Dios que dijo: 'Brille la luz del seno de las tinieblas', la ha encendido en nuestros corazones, haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro del Mesías. 7 Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros. 8 Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; 9 acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; 10 paseamos continuamente en nuestro cuerpo el suplicio de Jesús, para que también la vida de Jesús se transparente en nuestro cuerpo; 11 es decir, que a nosotros que tenemos la vida, continuamente nos entregan a la muerte por causa de Jesús para que también la vida de Jesús se transparente en nuestra carne mortal. 12 Así la muerte actúa en nosotros y la vida en ustedes. 13 Sin embargo, poseyendo el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: 'Creo, por eso hablo”, también creemos nosotros y por eso hablamos, 14 sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará con ustedes a su lado. 15 Y todo esto es por ustedes, de suerte que, al extenderse la gracia a más y más gente, multiplique la acción de gracias para gloria de Dios. 16 Por esta razón no nos acobardamos; no, aunque nuestro exterior va decayendo, lo interior se renueva de día en día; 17 porque nuestras penalidades momentáneas y ligeras nos producen una riqueza eterna, una gloria que las sobrepasa sin medida; 18 y nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. 2 Corintios 41 Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos; 2 al contrario, hemos renunciado a manejos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios. 3 Pero, además, si la buena noticia que anunciamos sigue velada, es para los que se pierden, 4 pues por su incredulidad el dios del mundo éste les ha cegado la mente y no distinguen el resplandor de la buena noticia del Mesías glorioso, imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos de ustedes por Jesús; 6 pues el Dios que dijo: 'Brille la luz del seno de las tinieblas', la ha encendido en nuestros corazones, haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro del Mesías. 7 Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros. 8 Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; 9 acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; 10 paseamos continuamente en nuestro cuerpo el suplicio de Jesús, para que también la vida de Jesús se transparente en nuestro cuerpo; 11 es decir, que a nosotros que tenemos la vida, continuamente nos entregan a la muerte por causa de Jesús para que también la vida de Jesús se transparente en nuestra carne mortal. 12 Así la muerte actúa en nosotros y la vida en ustedes. 13 Sin embargo, poseyendo el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: 'Creo, por eso hablo”, también creemos nosotros y por eso hablamos, 14 sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará con ustedes a su lado. 15 Y todo esto es por ustedes, de suerte que, al extenderse la gracia a más y más gente, multiplique la acción de gracias para gloria de Dios. 16 Por esta razón no nos acobardamos; no, aunque nuestro exterior va decayendo, lo interior se renueva de día en día; 17 porque nuestras penalidades momentáneas y ligeras nos producen una riqueza eterna, una gloria que las sobrepasa sin medida; 18 y nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.