Proverbios 29:7 - La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ Preocupa al justo la causa del pobre, Y el malvado no lo entiende.

Още версии

Biblia Reina Valera 1960

⁷ Conoce el justo la causa de los pobres; Mas el impío no entiende sabiduría.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ Los justos se preocupan por los derechos del pobre; al perverso no le importa en absoluto.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ El justo conoce los derechos del pobre, el malo no quiere saber de ellos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ El justo comprende la causa de los pobres, el malvado no conoce comprensión.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁷ El justo considera la causa de los pobres; pero el impío no quiere saberla.

Proverbios 29:7 Кръстосани препратки

Job 29:16

Era el padre de los pobres, Y de la causa que no conocía, me informaba con diligencia.

Job 31:13

Si denegué su derecho a mi siervo o a mi sierva, Cuando se quejaban contra mí,

Job 31:21

Si alcé mi mano contra el inocente, Porque veía mi apoyo en la puerta,°

Salmos 31:7

Me regocijaré y me alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción, Y has tenido en cuenta las angustias de mi alma,

Salmos 41:1

Al director del coro. Salmo de David. ¡Oh las bienaventuranzas de aquel que se preocupa por el pobre! En el día malo lo librará YHVH.

Salmos 72:12

Porque él librará al necesitado que suplica, Y al pobre, que no tiene quien lo ayude.

Proverbios 21:13

Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, No será escuchado cuando grite.

Jeremías 5:28

Se han puesto gordos y lustrosos, Y han traspasado los límites del mal: No defienden la causa, La causa del huérfano, Para que prospere, Ni mantienen el derecho del pobre.

Ezequiel 22:7

En ti despojan al padre y a la madre, en ti atropellan al extranjero, en ti explotan al huérfano y a la viuda.

Gálatas 6:1

Hermanos, aun° cuando una persona° sea sorprendida en alguna falta,° vosotros, los espirituales, restaurad° al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

1 Samuel 25:25

Te ruego, señor mío, no prestes atención a Nabal, ese hijo de Belial; porque conforme a su nombre, así es. Nabal es su nombre, y la necedad está con él, pero yo, tu sierva, no vi a los mozos de mi señor, a los que enviaste.