Romanos 7:24 - La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará° de este cuerpo de muerte?°

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Biblia Reina Valera 1960

²⁴ ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ ¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de esta muerte?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de esta situación que me lleva a la muerte?

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁴ ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?

Romanos 7:24 Крыжаваныя спасылкі

Romanos 6:6

sabiendo esto: que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, a fin de que el cuerpo del pecado fuera desactivado° para no servir más al pecado.

2 Timoteo 4:18

Asimismo el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos, amén.

Tito 2:14

quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad° y purificar para sí un pueblo de su propia posesión,° celoso de buenas obras.

Romanos 8:2

porque la ley del Espíritu de vida en Jesús el Mesías te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Salmos 102:20

Para oír el lamento del cautivo, Para libertar a los condenados a muerte.

Apocalipsis 21:4

Y enjugará° toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte,° ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor.° Las primeras cosas pasaron.

Hebreos 2:15

y librar a todos aquellos que, por temor de la muerte, están sujetos a vivir en esclavitud.

Romanos 8:26

Y asimismo, también el Espíritu ayuda nuestra debilidad, pues no sabemos qué orar° como conviene, pero el mismo Espíritu intercede° con gemidos indecibles;

Romanos 8:13

Porque si vivís conforme a la carne, estáis a punto de morir;° pero si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Lucas 4:18

El Espíritu del Señor está sobre mí, Porque me ungió para evangelizar a los pobres; Me ha enviado° a proclamar libertad a los cautivos, Y restauración de vista a los ciegos, A enviar en libertad a los oprimidos,

Salmos 72:12

Porque él librará al necesitado que suplica, Y al pobre, que no tiene quien lo ayude.

Colosenses 2:11

en quien también fuisteis circuncidados con una circuncisión hecha sin mano, desvistiéndoos enteramente del cuerpo° de la carne,° por medio de la circuncisión del Mesías;

Mateo 5:6

Bienaventurados los que tienen hambre y sed° de justicia, porque ellos serán saciados.

Miqueas 7:19

Y volverá a compadecerse, Y sepultará nuestras iniquidades, Y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Salmos 119:20

Mi alma se quebranta anhelando Tus preceptos en todo tiempo.

Salmos 71:11

Diciendo: ’Elohim lo ha desamparado, ¡Perseguidlo y prendedlo, pues no hay quien lo libre!

Salmos 6:6

Estoy agotado de tanto gemir, Todas las noches inundo° mi lecho; Con mis lágrimas empapo mi cama.

1 Reyes 8:38

toda oración o toda súplica que haga cualquier persona de todo tu pueblo Israel, reconociendo cada uno la aflicción de su mismo corazón, y extiendan sus manos hacia esta Casa,

Mateo 5:4

Bienaventurados los que lloran,° porque ellos serán consolados.

Ezequiel 9:4

y le dijo YHVH: ¡Pasa en medio de la ciudad, en medio de Jerusalem, y señala con una cruz° las frentes de los hombres que gimen y se angustian a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella!

Salmos 119:176

Anduve errante como oveja descarriada, ¡Busca a tu siervo, porque no ha olvidado tus mandamientos!

Salmos 119:143

La angustia y la aflicción me han alcanzado, Pero tus mandamientos son mis delicias.

Salmos 119:131

Abrí mi boca y suspiré, Porque anhelaba tus mandamientos.

Salmos 88:5

Confinado° entre los muertos, como los traspasados que yacen en el sepulcro, De quienes ya no te acuerdas, que han sido cortados por tu mano.

Salmos 38:2

Porque tus saetas se han clavado en mí, Y tu mano ha descendido sobre mí.

Romanos 8:23

Y no sólo ella,° sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando ansiosamente la adopción, la redención de nuestro cuerpo.