Salmos 5:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual10 10 (11) ¡No los perdones, Dios mío! ¡Haz que fracasen sus planes malvados! Ya es mucho lo que han pecado; ¡recházalos por luchar contra ti! অধ্যায়টো চাওকঅধিক সংস্কৰণBiblia Reina Valera 196010 Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti. অধ্যায়টো চাওকBiblia Nueva Traducción Viviente10 Oh Dios, decláralos culpables y haz que caigan en sus propias trampas; expúlsalos a causa de sus muchos pecados, porque se rebelaron contra ti. অধ্যায়টো চাওকBiblia Católica (Latinoamericana)10 Castígalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; échalos por sus crímenes sin cuento, ya que contra ti se han rebelado. অধ্যায়টো চাওকLa Biblia Textual 3a Edicion10 ¡Oh ’Elohim, castígalos! ¡Caigan por sus propios consejos! ¡Extravíense en la multitud de sus transgresiones, Porque se han rebelado contra ti! অধ্যায়টো চাওকBiblia Serafín de Ausejo 197510 No hay, por cierto, en su boca algo seguro, su interior es corrupción, sepulcro abierto su garganta, y su lengua, lisonjera. অধ্যায়টো চাওক |
Dios dijo: «Pronto entenderás, Israel, que ya ha llegado el día en que te daré tu merecido. Tan grande es tu maldad, y tan exagerado es tu odio, que llamas “tontos” y “locos” a los profetas que te he enviado. Los envié para avisarte del peligro, pero tú les tendiste trampas; ¡ni en mi propio templo les ocultaste tu gran odio!
Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, dijo: «¡Bendito sea Dios, que castigó a Nabal! Se vengó por lo que me hizo, y no dejó que yo mismo lo castigara». Luego, David envió algunos de sus ayudantes a Carmel, para que le dijeran a Abigail: «David nos manda a pedirle que acepte usted ser su esposa».
»Pero el rey Sihón no nos dejó pasar, pues nuestro Dios hizo que se negara. Dios me dijo entonces que a partir de ese momento dominaríamos a Sihón, y que de inmediato debíamos entrar en su territorio y conquistarlo. »Sihón salió con su ejército para luchar contra nosotros en Jahas, pero Dios nos dio la victoria. Conquistamos todas sus ciudades y las destruimos por completo, acabamos con todos sus habitantes, y solo nos quedamos con el ganado y los objetos de valor. Ninguna de sus ciudades resistió nuestro ataque; a todas ellas las destruimos, comenzando por la ciudad de Aroer, que está en ambos lados del río Arnón, y terminando por la ciudad de Galaad. Hasta la fecha seguimos dominándolos.