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Salmos 17:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

3-5 Tú sabes bien lo que pienso; has venido por las noches para ponerme a prueba y no me encontraste haciendo planes malvados; tampoco digo malas palabras, ni actúo con violencia, como lo hacen los demás. Yo solo a ti te obedezco; cumplo tus mandatos, y no me aparto de ellos.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pusiste a prueba mis pensamientos y examinaste mi corazón durante la noche; me has escudriñado y no encontraste ningún mal. Estoy decidido a no pecar con mis palabras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Puedes escudriñar mi corazón o visitarme de noche, o probarme en el crisol, no hallarás crimen en mí:

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Tú has probado mi corazón, Me has examinado de noche, Me pasaste por el crisol, y nada hallaste. He resuelto que mi lengua° no haga transgresión.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Si exploras mi interior, si me visitas en la noche, o si quieres probarme en el crisol, nada habrás de encontrar: la iniquidad no pasa por mi boca.

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Salmos 17:3
32 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Bernabé era un hombre bueno, que tenía el poder del Espíritu Santo y confiaba solamente en el Señor. Cuando Bernabé llegó y vio que Dios había bendecido a toda esa gente, se alegró mucho y los animó para que siguieran siendo fieles y obedientes al Señor. Y fueron muchos los que escucharon a Bernabé y obedecieron el mensaje de Dios.


1 (2) Yo me había propuesto cuidar mi conducta y no pecar con mis palabras, y hasta taparme la boca en presencia de gente malvada.


Pero si lo encuentro, y él me pone a prueba, yo saldré tan puro como el oro.


1 (1b) Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!


Cumpliré la promesa que te hice: obedeceré tus justos mandamientos.


Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, para ver si éramos fieles.


La confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada.


Dios continuó diciendo: «¡Gente malvada, qué mal les va a ir a ustedes! Al acostarse hacen planes malvados; al levantarse los llevan a cabo, porque tienen el poder de hacerlo.


Pero ellos se acercan al rey con la intención de traicionarlo. No descansan durante la noche, sino que se la pasan planeando cómo destruirlo al día siguiente.


Cuando llegue ese día, perdonaré a los que aún queden con vida. A Israel y a Judá les perdonaré su maldad.


El que cuida lo que dice protege su vida; el que solo dice tonterías provoca su propia desgracia.


Yo te bendigo por los consejos que me das; tus enseñanzas me guían en las noches más oscuras.


4 (5) ¿Acaso le hice daño a mi amigo? ¿Acaso le quité algo a quien me maltrata sin razón?


Al caer la noche, Pablo tuvo allí una visión. Vio a un hombre de la región de Macedonia, que le rogaba: «¡Por favor, venga usted a Macedonia y ayúdenos!»


10 (11) Como usted mismo podrá ver, hoy Dios me dio la oportunidad de matarlo aquí mismo, en la cueva. Algunos de mis hombres me insistían que lo matara, pero yo no quise hacerlo. No quise hacerle ningún daño porque Su Majestad es mi rey. ¡Dios mismo lo eligió!


Todos cometemos muchas faltas. ¿Quién, entonces, es una persona madura? Solo quien es capaz de dominar su lengua y de dominarse a sí mismo.


Nos satisface saber que nos hemos comportado bien, y que hemos sido sinceros con todos, especialmente con ustedes. No lo hicimos guiados por nuestra propia sabiduría, sino con la ayuda de Dios, y gracias a su gran amor.


Y aunque no recuerdo haber hecho nada malo, eso no significa que yo esté del todo libre de culpa. Pero el único que tiene derecho a juzgarme es Dios.


«Salomón, hijo mío, Dios conoce todos tus pensamientos, y sabe cuáles son tus intenciones en todo momento. Por eso, obedécelo con amor y de buena gana. Él siempre responderá tus peticiones; pero si no lo obedeces, él te rechazará para siempre.


Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso me da una gran alegría saber que tu pueblo y yo te hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.


Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos.


Llévalos al matadero, como a las ovejas; márcalos para el día de la matanza. »La tierra y el pasto están secos; ¿cuándo vas a hacer que llueva? Los animales y las aves se mueren por culpa de los que habitan el país. ¡Son tan atrevidos que hasta dicen que tú no puedes verlos! »Tú me conoces, Dios mío; tú sabes lo que siento por ti».


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