Salmos 102:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

³ 3 (4) La vida es como el humo y se me escapa. Los huesos me arden de dolor; parecen carbones encendidos.

অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

³ Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos cual tizón están quemados.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Pues mis días desaparecen como el humo, y los huesos me arden como carbones al rojo vivo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Pues mis días se esfuman, mis huesos se consumen como brasas;'

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Porque los días se desvanecen como humo Y mis huesos arden como leña seca.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ No me ocultes tu rostro el día de mi angustia; inclina tus oídos hacia mí y, en la hora en que te invoco, respóndeme en seguida.

Salmos 102:3 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ

Santiago 4:14

¿Cómo pueden hablar así, cuando ni siquiera saben lo que les va a suceder mañana? Su vida es como la niebla: aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece.

Lamentaciones 1:13

Intensa lluvia de fuego ha enviado Dios sobre mí. Mis huesos se han quemado, y siento que me muero. Dios me cerró el paso, y me hizo retroceder. Me dejó en el abandono; mi sufrimiento no tiene fin.

Salmos 37:20

Los malvados serán destruidos; ¡se desvanecerán como humo! Los enemigos de Dios se marchitarán como si fueran flores silvestres.

Job 30:30

La piel se me pudre y se me cae a pedazos; estoy ardiendo en fiebre.

Salmos 31:10

10 (11) Toda mi vida he sufrido, toda mi vida he llorado; mi maldad me debilita, mis huesos no me sostienen.

Lamentaciones 3:4

Oscura tumba es mi vida; ¡es como si ya estuviera muerto! Dios me rodeó por completo de la miseria más terrible. Me dejó sin fuerzas; ¡no tengo un solo hueso sano!

Salmos 119:83

Aunque ya estoy viejo y arrugado, no me olvido de tu palabra.

Salmos 38:3

3 (4) Tan grande ha sido tu disgusto que nada sano tengo en el cuerpo; tan grande ha sido mi pecado que no tengo paz en los huesos.

Salmos 27:9

Yo estoy a tu servicio. No te escondas de mí. No me rechaces. ¡Tú eres mi ayuda! Dios mío, no me dejes solo; no me abandones; ¡tú eres mi salvador!

Salmos 31:3

3 (4) ¡Tú eres la roca que me protege! ¡Tú eres la muralla que me salva! Guíame y dirígeme, pues así lo prometiste.