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Romanos 9:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

4 Ellos son el pueblo que Dios ha elegido. A ellos Dios les dio el derecho de ser sus hijos. Dios ha estado con ellos, y les ha mostrado su gran poder. Hizo pactos con ellos, y les dio su ley. Les enseñó a adorarlo de verdad, y también les hizo promesas.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Ellos son el pueblo de Israel, elegidos para ser los hijos adoptivos de Dios. Él les reveló su gloria, hizo pactos con ellos y les entregó su ley. Les dio el privilegio de adorarlo y de recibir sus promesas maravillosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ellos son los israelitas, a quienes Dios adoptó; entre ellos descansa su gloria con las alianzas, el don de la Ley, el culto y las promesas de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 quienes son israelitas, de los cuales son la adopción y la gloria, los pactos° y la promulgación de la ley,° las ordenanzas° y las promesas;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Ellos son israelitas; a ellos pertenecen la adopción filial y la gloria y las alianzas y la legislación y el culto y las promesas;

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Romanos 9:4
61 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Dios dio a conocer a Israel sus mandamientos y enseñanzas.


No estoy diciendo que Dios no haya cumplido sus promesas con el pueblo de Israel. Pero no todos los judíos son realmente parte del pueblo de Israel,


Voy a hacer un pacto contigo: voy a hacer que tengas muchos, muchos descendientes».


Esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que nuestro Dios quiera salvar en otras partes del mundo.


»Ustedes son un pueblo especial. Dios los eligió de entre todas las naciones del mundo, para que fueran su pueblo preferido.


Entonces tú le dirás de mi parte: “Yo soy Dios, y amo al pueblo de Israel como si fuera mi primer hijo.


En el primer pacto, Dios nos dio reglas para que supiéramos cómo adorarlo. Esas reglas eran para el culto aquí en la tierra.


3 (4) Tú hiciste un pacto con David, el rey que tú elegiste; le prometiste bajo juramento:


Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: «¡Papá!»


»Cuando estén de luto por la muerte de alguna persona, no se hagan heridas en el cuerpo ni se afeiten la cabeza. Ustedes son hijos de Dios;


Todo esto son reglas que tienen que ver con comidas, bebidas y ceremonias de purificación, que nos preparan para el culto. Las reglas indican lo que se debe hacer, pero no nos ayudan a cambiar nuestra manera de vivir. Esas reglas sirven solo mientras Dios no las cambie por algo mejor.


Detrás de la segunda cortina estaba la parte llamada Lugar Santísimo,


Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: —Aquí viene un verdadero israelita, un hombre realmente sincero.


»Escuchen este otro ejemplo: El dueño de un terreno sembró una viña, y alrededor de ella construyó un cerco. Preparó un lugar para hacer vino con las uvas que cosechara, y construyó una torre para vigilar el terreno. Luego, alquiló la viña a unos hombres y se fue de viaje.


Dios le dijo a su pueblo: «Israel, cuando eras un país joven, yo te demostré mi amor por ti. Yo te saqué de Egipto porque eres un hijo para mí.


»Pero yo les he dicho: “Ustedes son mi pueblo preferido; ¡y los quiero más que a nadie! Es verdad que los reprendo, pero siempre pienso en ustedes. ¡Los amo de todo corazón! ¡Les tengo un gran cariño!


Vendrán arrepentidos, con lágrimas en los ojos, y yo los llevaré por un camino seguro. Israel, yo soy tu padre, y tú eres mi hijo mayor».


Ya no será necesario que el sol alumbre de día y que la luna brille de noche, porque para siempre yo seré su luz y resplandor.


Dios dijo: «Óiganme ustedes, israelitas que aún quedan con vida: Yo los he cuidado desde antes que nacieran, los he llevado en brazos


Dios siguió diciendo: «Escúchenme, israelitas, descendientes de mi amigo Abraham,


Removió la tierra, le quitó las piedras y plantó semillas de la mejor calidad. Puso una torre en medio del terreno y construyó un lugar para hacer el vino. Mi amigo esperaba uvas dulces, pero solo cosechó uvas agrias.


¡Permite que nosotros y nuestros hijos podamos ver tu grandeza y tu poder!


34 (35) Jamás faltaré a mi pacto; siempre le cumpliré mis promesas.


¡dejó que el cofre del pacto, que era el símbolo de su poder, cayera en manos enemigas!


1 (1b) Dios es muy bueno con Israel y con la gente sincera.


2 (3) ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu grandeza!


«¡Dios mío, castiga a los sacerdotes y a los ayudantes que no han respetado el pacto que hicieron contigo!»


Y Dios le dijo a Moisés: «Muy pronto morirás. Cuando eso suceda, los israelitas dejarán de obedecerme y adorarán a los dioses falsos de la gente que vive en este territorio. Me abandonarán y no cumplirán con el pacto que hemos hecho.


14-15 (13-14) Pero este pacto no es solamente para nosotros. Dios se compromete también con todos nuestros descendientes.


1-3 (28.69—29.2) Moisés terminó de dar a los israelitas todas las instrucciones del pacto que Dios había hecho con ellos en el monte Horeb. Entonces Dios le ordenó que hiciera un nuevo pacto con ellos en el país de Moab. Moisés los reunió y les dio las instrucciones del nuevo pacto. Les dijo: «Ustedes han sido testigos de las muchas maravillas que Dios hizo para castigar a los egipcios. Ustedes vieron cómo trató al rey de Egipto, a sus oficiales y a todo el pueblo.


Después de esto, Moisés entró en el santuario para hablar con Dios. Allí, desde la tapa del cofre del pacto, donde están los dos querubines, Moisés oyó la voz de Dios.


una nube lo cubrió todo, y Dios se hizo presente en el santuario. Por eso Moisés no podía entrar.


Como todas esas leyes eran parte del pacto que Dios estaba haciendo con los israelitas, Dios le ordenó a Moisés que las escribiera.


Cuando vivan en la tierra que Dios prometió darles, celebrarán esta misma ceremonia todos los años.


28 (29) el desconocido dijo: —Ya no te vas a llamar Jacob. Ahora vas a llamarte Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.


el siguiente compromiso: todos los varones deberán ser circuncidados.


Ese día, Dios hizo un compromiso con Abram, y le dijo: «Yo les daré a tus descendientes la tierra que va desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.


¡Claro que sí! Porque el mensaje de Dios se les dio a los judíos antes que a nadie.


Fue así como él les dio a conocer los diez mandamientos del pacto que hizo con ustedes, y los escribió en dos tablas de piedra para que los obedecieran.


Si ellos son hebreos, yo también lo soy. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son de la familia de Abraham? Yo también.


Ahora bien, las promesas que Dios le hizo a Abraham eran para él y para su descendiente. La Biblia no dice que las promesas eran para «sus descendientes», sino para «su descendencia», la cual es Cristo.


Encima del cofre se pusieron las estatuas de dos seres alados, los cuales cubrían con sus alas la tapa del cofre y representaban la presencia de Dios. Pero de momento no hace falta entrar en detalles.


Así estaban dispuestas todas las cosas en el santuario. Todos los días, los sacerdotes entraban al Lugar Santo para celebrar el culto.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

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