Biblia Todo Logo
অনলাইন বাইবেল

- বিজ্ঞাপন -





Nehemías 9:30 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

30 Durante muchos años les tuviste paciencia; tu espíritu y tus profetas les advirtieron del castigo. Pero ellos no quisieron escuchar, así que los dejaste caer en manos de sus enemigos.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক


অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Nueva Traducción Viviente

30 En tu amor fuiste paciente con ellos durante muchos años. Enviaste tu Espíritu, quien les advertía por medio de los profetas. ¡Pero aun así no quisieron escuchar! Entonces nuevamente permitiste que los pueblos de la tierra los conquistaran;

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Sin embargo, tú has sido paciente con ellos durante años, les advertiste por tu espíritu, por boca de tus profetas, pero no te hicieron caso. Entonces los entregaste en manos de las naciones paganas;'

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

La Biblia Textual 3a Edicion

30 Pero Tú continuaste a favor de ellos° muchos años, y testificaste contra ellos mediante tu Espíritu por mano de tus profetas, pero no dieron oído; por eso los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Fuiste paciente durante muchos años, los exhortabas por tu espíritu, mediante tus profetas, pero ellos no prestaron oído; por eso los entregaste en manos de las gentes del país.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক




Nehemías 9:30
34 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad.


Antes de terminar su discurso, Esteban les dijo a los de la Junta Suprema: —¡Ustedes son muy tercos! ¡No entienden el mensaje de Dios! Son igual que sus antepasados. Siempre han desobedecido al Espíritu Santo.


»Dios permitió que Israel fuera vencido y secuestrado. Israel pecó contra Dios; no quiso andar por el camino que Dios le había señalado, ni quiso obedecer sus enseñanzas.


Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo.


Antes de que Cristo viniera al mundo, su Espíritu les enseñaba a los profetas lo que él debería sufrir aquí en la tierra, y también les enseñaba todo lo hermoso que sucedería después. Y los profetas intentaban descubrir quién sería el Mesías, y cuándo vendría al mundo.


“Como ustedes no me hicieron caso cuando yo los llamé, tampoco yo les haré caso cuando me llamen. Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así lo haré”.


Una vez, años atrás, Dios juró que te destruiría, y ha cumplido su palabra: te destruyó sin compasión, y permitió que tus enemigos te vencieran y te humillaran.


»Dios también les ha enviado a otros profetas que están a su servicio, pero ustedes no les han hecho caso ni se han mostrado dispuestos a obedecer.


»Pero los israelitas desobedecieron y ofendieron al Dios santo; por eso, él los trató como si fueran enemigos y les declaró la guerra.


Les ordenaste obedecer tu ley, la cual da vida a los que la obedecen, pero ellos fueron rebeldes y orgullosos, y no la obedecieron.


»Pero luego ellos se pusieron en tu contra. ¡Te insultaron gravemente! Desobedecieron tu ley, y mataron a tus profetas. Y los profetas solo les decían que debían arrepentirse y obedecer tu ley.


Y como no pudieron ponerse de acuerdo, decidieron retirarse. Pero antes de hacerlo, Pablo les dijo: «El Espíritu Santo dijo lo correcto cuando, por medio del profeta Isaías, les habló a los antepasados de ustedes:


El pueblo anduvo en el desierto unos cuarenta años, y durante todo ese tiempo Dios los cuidó.


Pero llegó el momento en que Dios ya no aguantó más. Y no aguantó, por la forma en que ustedes actuaban y por las cosas asquerosas que hacían. Por eso su país se convirtió en un desierto horrible, en un montón de ruinas donde nadie vive. La ciudad es un ejemplo de maldición para todos sus vecinos. ¡Y esto es así, hasta el momento de escribir esto!


Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto y hasta ahora, yo no he dejado de enviarles a mis servidores, los profetas. Lo he hecho una y otra vez,


Pero tú, mi Dios, eres bondadoso y compasivo; no te enojas fácilmente, y tu amor es siempre el mismo.


Fuiste bueno con ellos y con tu espíritu de bondad les enseñaste a vivir. No dejaste de enviarles el maná para comer ni el agua para calmar su sed.


No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.


Había dos hombres del grupo de los setenta, llamados Eldad y Medad, que se habían quedado en el campamento. Y aunque estaban allí, el espíritu también vino sobre ellos y empezaron a profetizar.


Durante cuarenta años estuve muy enojado contra ellos, y al fin les hice ver que vivían en el error, pues no obedecían mis mandamientos.


»Yo he tenido paciencia con ustedes. Por respeto a mí mismo, controlé mis deseos de destruirlos.


Luego Salmanasar llevó a los israelitas a Asiria y los ubicó en Halah, junto al río Habor, en la región de Gozán, y en las ciudades de los medos.


Sin embargo, Dios les dio una oportunidad y les envió profetas. Ellos les advirtieron del mal que estaban haciendo, para que volvieran a obedecer a Dios. Pero nadie hizo caso.


»Dios nuestro, después de todo lo malo que hemos hecho, ¿qué podemos decir en nuestra defensa? No hemos obedecido las órdenes


Muchas veces les mandé profetas, para que les dijeran que no adoraran a otros dioses, pues eso es algo horrible, que yo no soporto.


»Pero ellos, como de costumbre, no me prestaron atención ni me obedecieron, ni se arrepintieron de sus pecados. Al contrario, siguieron quemando incienso en honor de otros dioses.


Los profetas hablaron de ti a nuestros reyes y a nuestros jefes, y también a nuestros padres y a todos nosotros. Pero nunca ninguno de nosotros les hizo caso.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

বিজ্ঞাপন


বিজ্ঞাপন