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Nehemías 13:22 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

22 Luego ordené a los ayudantes de los sacerdotes que se purificaran, y fueran a vigilar las entradas para que se respetara el día sábado. Entonces le dije a Dios: «¡Dios mío, tampoco olvides esto que he hecho! Ya que eres tan bueno, ¡ten compasión de mí!»

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

22 Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y vigilaran las puertas para preservar la santidad del día de descanso. ¡Recuerda también esta buena obra, oh Dios mío! Ten compasión de mí conforme a tu grande e inagotable amor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 También ordené a los levitas que se purificaran y que custodiaran las puertas para que se respetara el día sábado. ¡Por todo eso acuérdate tambiém de mí, Dios mío. Ten piedad de mí según tu gran misericordia!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Por otra parte, ordené a los levitas que se purificaran y acudieran a guardar las puertas para santificar el día del shabbat. ¡Acuérdate de mí también por esto, oh Dios mío, y considérame conforme a la inmensidad de tu misericordia!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Ordené asimismo a los levitas que se purificasen y viniesen a vigilar las puertas para santificar el día del sábado. ¡También por esto, oh Dios mío, acuérdate de mí, y ten piedad de mí según tu gran misericordia!

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Nehemías 13:22
26 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Los sacerdotes y sus ayudantes realizaron la ceremonia de purificación, para que ellos mismos pudieran adorar a Dios, junto con todo el pueblo. También purificaron las entradas de la ciudad y el muro de protección, para que Dios los aceptara con agrado.


Luego de hacer eso, le dije a Dios: «¡Dios mío, toma en cuenta esto que acabo de hacer, y no te olvides de todo lo bueno que he hecho por tu templo y por el culto!»


Organicé también a los que traían la leña, para que lo hicieran en las fechas indicadas, y organicé la entrega de los primeros frutos. Luego le dije a Dios: «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y trátame bien!»


Los reyes serán tus padres adoptivos y las princesas, tus niñeras. Se arrodillarán ante ti y reconocerán que no quedan avergonzados los que confían en mí, y que yo soy el único Dios.


y tú, Israel, esperas la llegada de Dios porque él nos ama y nos da plena libertad.


1 (3) Dios mío, tú eres todo bondad, ten compasión de mí; tú eres muy compasivo, no tomes en cuenta mis pecados.


7 (8) Pero a mí me quieres tanto que me dejas entrar en tu templo, y allí me dejas hacer mis oraciones.


Los antepasados del ayudante Josué fueron Joacín, Eliasib, Joiadá,


Luego oré y le dije a Dios: «Te ruego que te acuerdes de todo lo que he hecho por esta gente».


Entonces Ezequías y los principales jefes del pueblo ordenaron a los ayudantes de los sacerdotes que le cantaran a Dios los salmos de David y del profeta Asaf. Ellos obedecieron y cantaron con mucha alegría, y al final también se arrodillaron y adoraron a Dios.


El rey Josías ordenó que sacaran del templo todos los objetos que se usaban para adorar a Baal, a Astarté y a todos los astros del cielo. Los sacerdotes, y su jefe Hilquías, y los encargados de cuidar el templo cumplieron sus órdenes. Luego el rey ordenó que quemaran todo en los campos de Cedrón, en las afueras de Jerusalén, y que llevaran las cenizas a Betel.


»Recuerden que el sábado es un día especial, dedicado a mí.


Nos satisface saber que nos hemos comportado bien, y que hemos sido sinceros con todos, especialmente con ustedes. No lo hicimos guiados por nuestra propia sabiduría, sino con la ayuda de Dios, y gracias a su gran amor.


Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; él tiene compasión de ustedes. »Que cambien los malvados su manera de pensar, y que dejen su mala conducta».


«Dios mío, no te olvides de que yo siempre he sido sincero contigo, y te he agradado en todo». Luego Ezequías lloró con mucha tristeza.


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