Nehemías 13:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
19 Entonces ordené que los portones de Jerusalén se cerraran en cuanto empezara a anochecer el viernes, y que no se abrieran hasta el anochecer del sábado. Puse a algunos de mis ayudantes para que vigilaran las entradas y no dejaran entrar ninguna carga en día sábado.
19 Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga.
19 Entonces ordené que todos los viernes se cerraran las puertas de Jerusalén al caer la noche, y que no se abrieran hasta que terminara el día de descanso. Envié a algunos de mis propios sirvientes a vigilar las puertas para que no pudiera entrar ninguna mercadería en los días de descanso.
19 Por eso ordené que se cerraran las puertas de Jerusalén en cuanto comenzara a caer la tarde en el comienzo del sábado, y que se esperara hasta el término del sábado para abrirlas de nuevo. Puse en las puertas a algunos de mis hombres para vigilar que ninguna carga entrara en la ciudad el día sábado.
19 Y aconteció que en la víspera del shabbat, cuando iba anocheciendo a las puertas de Jerusalem, ordené que las puertas fueran cerradas hasta pasar el shabbat, y emplacé a algunos de mis criados sobre las puertas para que no entrara carga alguna en día shabbat.
19 Ordené, pues, que, cuando cayera la sombra sobre las puertas de Jerusalén, antes del sábado, cerraran las puertas y no las abrieran hasta después del sábado. Y aposté junto a las puertas a algunos servidores míos, para que no entrase carga alguna durante el día del sábado.
Les dije que no debían abrirse los portones de la ciudad antes de la salida del sol, y que debían cerrarse al atardecer, antes de que los guardias se retiraran. Además, les ordené que nombraran guardias de entre los que vivían en Jerusalén, algunos para los puestos de vigilancia y otros para vigilar sus casas.
»Cuando recojan las cosechas, no corten las espigas que crecieron en el borde del terreno, ni levanten las espigas que hayan quedado en el suelo. Déjenlas allí para los pobres y los refugiados en el país. Yo soy el Dios de Israel».