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Marcos 10:48 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

48 La gente comenzó a reprender al ciego para que se callara, pero él gritaba con más fuerza todavía: —Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

48 «¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

48 Muchas personas trataban de hacerlo callar. Pero él gritaba con más fuerza: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

48 Y muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba más y más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

48 Muchos lo reprendían para que se callara; pero él gritaba todavía más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'.

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Marcos 10:48
15 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.


Los que iban delante reprendían al ciego para que se callara, pero él gritó con más fuerza: «¡Mesías, ten compasión de mí y ayúdame!»


Jesús no había terminado de hablar cuando llegaron unas personas desde la casa de Jairo, y le dijeron: —¡Su hija ha muerto! ¿Para qué molestar más al Maestro?


La gente comenzó a reprender a los ciegos para que se callaran, pero ellos gritaron con más fuerza todavía: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»


Algunas madres llevaron a sus niños para que Jesús pusiera sus manos sobre ellos y orara. Pero los discípulos las regañaron.


Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.


12 (13) pero también, un Dios de amor.» Dios mío, tú nos das a cada uno lo que merecen nuestros hechos.


No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios.


Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron y comenzaron a gritarle: —¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros!


Hubo quienes llevaron a sus niños para que Jesús los tocara y los bendijera. Pero los discípulos las regañaron.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

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