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Job 9:24 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

24 Cuando algún malvado se apodera de un terreno, es Dios mismo quien les tapa los ojos a los jueces.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

24 La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Toda la tierra está en manos de los malvados, y Dios ciega los ojos de los jueces. Si no es él quien lo hace, ¿entonces quién?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 En nación dominada por un tirano, él venda los ojos de los jueces, pues si no es él, ¿quién será entonces?

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 La tierra es entregada en mano del impío, Él cubre los rostros de sus jueces.° Si no,° ¿quién es entonces?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Si un país cae en poder de un malvado, es él quien pone una venda ante los ojos de sus jueces. Y, si no es él, ¿quién va a ser?

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Job 9:24
24 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Tú eres mi creador, y no está bien que me maltrates ni que permitas que los malvados hagan planes contra mí.


17 (14) ”Los mensajeros de Dios han decidido castigarlo. Así todo el mundo sabrá que solo el Dios altísimo gobierna a todos los reinos. Hace rey a quien él quiere, y hace jefe de un país a la persona más sencilla”.


Los campesinos se preocupan y se agarran la cabeza, porque el suelo está reseco y no ha llovido en el país.


Pero un joven llamado Elihú se enojó mucho con Job porque insistía en que era inocente, y que Dios era injusto con él. Elihú era hijo de Baraquel, y nieto de Buz, de la familia de Ram.


»Nadie puede demostrar que sea falso lo que he dicho».


Dios me dejó caer en manos de gente malvada.


Dios hace que pierdan su puesto los jueces y los consejeros, los sacerdotes y los poderosos; a los reyes los quita del trono y los hace trabajar como esclavos;


Cuando el rey regresó del jardín y entró a la sala, vio que Amán estaba demasiado cerca de Ester. Entonces el rey exclamó: —¡Solo eso me faltaba! ¡Que le faltes al respeto a mi esposa ante mis ojos, y en mi propia casa! Cuando los guardias oyeron los gritos del rey, entraron y le cubrieron la cara a Amán. Uno de los guardias, llamado Harboná, dijo: —En la casa de Amán hay una horca de veintidós metros de alto. Él la preparó para Mardoqueo, el judío que le salvó la vida a Su Majestad.


Después Mardoqueo regresó a la entrada del palacio, y Amán, muy triste, se apresuró a regresar a su casa. Sentía tanta vergüenza que hasta se cubría la cara.


4 (5) Mientras tanto, el rey David se cubría la cara, y a gritos lloraba diciendo: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío!»


»A gritos pido ayuda, pero nadie me responde, ni conoce la justicia.


Fuiste un hombre poderoso que se adueñó de la tierra;


Maltratados y a punto de morir, gritan desde las ciudades pidiendo la ayuda de Dios, ¡pero él no les hace caso!


»Nuestro Dios ya está cansado de sus quejas. Y lo cansan cuando dicen que Dios no es justo porque ve con buenos ojos a los malvados».


Miré hacia otro lado, y esto fue lo que vi en este mundo: hay mucha gente maltratada, y quienes la maltratan son los que tienen el poder. La gente llora, pero nadie la consuela.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

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