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Jeremías 20:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

16 ¡Cómo quisiera que ese tipo terminara como las ciudades que Dios destruyó sin compasión! ¡Quisiera que se vuelva loco de remate!

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

16 Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Que lo destruyan como a las ciudades de la antigüedad que el Señor derribó sin misericordia. Asústenlo todo el día con gritos de batalla,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Que ese hombre sea como aquellas ciudades que Yavé ha destruido sin compasión; que sienta el grito de alarma en la mañana y el clamor de guerra al mediodía,

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Sea tal hombre como las ciudades que destruyó YHVH sin apiadarse, Y oiga clamores por la mañana y gritos de alarma° al mediodía,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Sea este hombre como las ciudades que derribó Yahveh sin compasión; oiga gritos por la mañana y alaridos al mediodía,

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Jeremías 20:16
25 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

23 (22) Cuando miren nuestras tierras, no verán más que azufre, sal y tierra quemada. No podremos cultivar nuestros terrenos, pues la tierra no producirá nada, ni siquiera hierba. Será como ver la furiosa destrucción que Dios envió sobre Sodoma, Gomorra, Admá y Seboím.


Algo parecido les sucedió a los que vivían en Sodoma y Gomorra, y en las ciudades cercanas. Los que vivían allí pecaron y practicaron todo tipo de relaciones sexuales prohibidas. Por eso Dios los castigó y los arrojó al fuego que nunca se apaga, para que sufran allí. Que esto sirva de advertencia para todos nosotros.


Además, Dios castigó a los que vivían en las ciudades de Sodoma y Gomorra: los quemó hasta dejarlos hechos cenizas, para que sirvieran de ejemplo de lo que les pasaría a los malvados.


Pero cuando Lot salió de la ciudad, cayó fuego y azufre desde el cielo, y toda esa gente murió.


Entre gritos y toques de trompeta, ese día se dará la orden de ataque contra las ciudades amuralladas y contra sus altas torres.


Muy molesto, le dijo a Dios: —¡Ya lo decía yo, mi Dios, ya lo decía yo! Hiciste lo que pensé que harías cuando aún estaba en mi tierra. Por eso quise huir lejos de ti. »Yo sé que eres un Dios muy bueno; te compadeces de todos y es difícil que te enojes. Eres tan cariñoso que, cuando dices que vas a castigar, después cambias de opinión y no lo haces.


Jonás entró en la ciudad, y durante todo un día estuvo anunciando: «¡Dentro de cuarenta días Dios va a destruir esta ciudad!»


»A muchos de ustedes los destruí como destruí a las ciudades de Sodoma y de Gomorra; ¡hasta parecían una brasa recién sacada del fuego! Pero a pesar de eso, ustedes no se arrepintieron. Yo, el Dios de Israel, les juro que así fue.


Por eso les prenderé fuego a las ciudades de Moab, y dejaré hechos cenizas los palacios de Queriot; ¡ustedes, moabitas, perderán la vida entre gritos de batalla y toques de trompeta!


Por eso les prenderé fuego a las murallas de Rabá, y sus palacios quedarán hechos cenizas. Lo haré el día de la batalla, en medio del estruendo de un día de tempestad,


»Israelitas, ¡yo no puedo abandonarlos! ¡No sería capaz de hacerlo! ¡No podría destruirlos, como destruí a la gente malvada de Admá y Seboím! ¡Mi gran amor por ustedes no me lo permite!


Ahora estalla la guerra, las fuertes murallas son destruidas, y mueren las madres y los hijos, como cuando el rey Salmán destruyó la ciudad de Bet-arbel.


22 (27) Y la respuesta será: “Marcha contra Jerusalén”. El rey dará la orden: “¡Al ataque! ¡Preparen las máquinas y derriben los portones! ¡Hagan rampas para subir a la muralla! ¡Pongan escaleras para entrar en la ciudad! ¡Lancen gritos de guerra! ¡Que empiece la matanza!”


Así que más les vale obedecer a nuestro Dios, y mejorar su conducta. Si en verdad lo hacen así, Dios ya no los castigará.


Pero si esa nación deja de hacer lo malo, entonces yo decidiré no castigarlos como pensaba hacerlo.


«¡No aguanto más este dolor! ¡Mi corazón está por estallar! ¡Estoy tan agitado que no puedo quedarme callado! Ya escucho el sonido de la trompeta; ya oigo los gritos de batalla.


Pero los profetas de Jerusalén son peores que ellos; no solo me abandonan, sino que dicen mentiras y ayudan a los malvados. No hay uno solo de ellos que quiera cambiar su conducta. ¡Son peores que la gente de Sodoma y de Gomorra!”


Cayó Jerusalén, pues ha pecado más de lo que pecó Sodoma. ¡De pronto se vino abajo y nadie pudo ayudarla!


¿Y así esperas todavía que yo te libre de la muerte? ¡Pues ya no te mostraré compasión! Muerte, ¡ven con tu poder, ven a destruir a este pueblo!


22 (21) »Los israelitas que nazcan después, y los extranjeros que vengan de países lejanos, verán los terribles castigos y enfermedades que Dios enviará sobre nuestro país.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

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